Para conocer a la realidad solo necesitamos saber mirarla. Pero, ¿por qué se querría mirar la realidad cuando lo espectacular es más atractivo? Bueno, como hemos visto en las películas de Aranoa, se puede indagar en lo normal para hallar lo espectacular. Al final, se ve que lo normal en sí logra su propia espectacularidad.
Particularmente en Los lunes al sol, conocemos a unos hombres que por lo general no están muy sagaces con respecto a ver la realidad. Por ejemplo, tenemos Amador quien insiste en que su esposa que lo dejó va a regresar y que pasa la mayoría de su tiempo borracho. No obstante, está consciente de la realidad y esto es lo que vemos cuando anuncia que Dios no cree en él ni en ningunos de los hombres. Esta es una vista muy pesimista pero da muestras a la realidad que es pesimista en sí. No tienen mucho dinero, solo tienen al otro. Al final, se ve que Amador se mató y sus amigos reflexionan en el hecho de que Amador nunca habló de sus luchas aunque las conocían. Trata de olvidarlas al emborracharse y al fingir que su esposa vaya a ir de vuelta. Este personaje me interesa mucho porque reconoce la realidad pero no quiere vivirla. Entonces, niega su cognición y escoje vivir una realidad más extraordinaria. Él bebe y se encuentra con sus amigos, quienes viven realidades similares. Evidentemente, esto no es suficiente porque se suicidó. Sin embargo, este evento es lo que trae a los otros una realidad más extraordinario. Ellos pueden reconocer lo que pasó como un asunto de vivir en la irrealidad.
Por esta razón me encanta la escena cuando roban el barco para distrubuir las cenizas de Amador al mar pero pierden las cenizas. Ahí están, tratando de hacer un gesto profundo por su amigo pero cometen un error grande. En este instante, la acción me parece extraordinario porque hicieron tanta esfuerza para nada. Lo cotidiano se convierte en algo más espectacular. Además, al olvidar sus cenizas, olvidan la responsabilidad de vivir la realidad.
En el caso de Santa, vemos su afán por soñar con salir de España para vivir en Australia. Él siempre tiene algo que decir, alguna explanación pero es muy escapista. No vive en la realidad sino lo extraordinario. No quiere pensar en la realidad como por ejemplo no quiere pagar las 8,000 pesetas para la luz que rompió. Al evitar esta responsabilidad, evita la realidad.