En su país natal de España, Gustavo era fotógrafo bien conocido y exitoso. Pues, naturalmente debe tener éxito parecido en los EE.UU. Sin embargo, al llegar a los EE.UU, de pronto se da cuenta de que su hipótesis se ha probado inválido. Inmediatamente al ver sus fotos, un editor le explica que ellas le parecen antiguas, como si las hubiera visto muchas veces antes. Consecuentemente, Gustavo se encuentra confuso y no es mencionar desilusionado. No puede comprender la razón por la que a este editor no le gustan las fotos.
En España, Gustavo tuvo un método absoluto de comprender sus alrededores: la fotografía. Supuestamente, su arte, como el arte en general, es una manera de comprender el mundo afuera, y en el caso de Gustavo, su país natal. Él logra captar este país de manera genuina porque es capaz de comprender lo que ve. Él y su país son uno y mismos. Tienen un entendimiento mutual y comprenden el uno al otro. Hablan la misma lengua y conocen el mismo terreno. En este sentido, el arte de Gustavo es tan representativo del país que Gustavo mismo.
En Nueva York, es todo lo contrario. Hay una escena en la película cuando algunos editores preguntan a Gustavo por qué saca fotos de edificios. Curiosamente, él responde al decir que son bellos. Claro que esta razón es válida pero a la vez demuestra una falta de pasión y espíritu (y también comprensión). A mí me parece que para Gustavo, es difícil comprender lo que ve no es mencionar apasionarse con ello porque no es lo suyo. Todo es diferente desde el ambiente hasta el lenguaje e incluso las personas. Gustavo es fuera de lugar y se siente así. Por esa razón, la ciudad es tan extraña para él que es muy difícil de comprender y captar la ciudad a través de su arte.
Me interesan mucho las ideas del último párrafo, sobre el origen de la atracción que ejerce sobre Gustavo la arquitectura de Nueva York, la extrañeza, etc. Habría que desarrollarlo más.
ReplyDeleteCreo que para Gustavo, lo más atractivo es la arquitectura extraña que existe en la ciudad y que no existe en su país de nacimiento. Sin embargo, a la vez esta atracción no basta para darle el deseo de quedarse en la ciudad. Es decir que la atracción, que es bien incomprensible, puede ser el sujeto de su arte pero no le sirve tanto como lo que ve en España. Aunque lo más extraño es lo más atractivo, no tiene el poder de mantenerle el interés. Por lo tanto, los lazos de lealtad son más fuertes que los de la atracción. Lo más natural, lo más cómodo gana a fin de cuentas y como resultado Gustavo regresa a España.
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